lunes, 3 de diciembre de 2012

GLOBEREANDO CON GUILLERMO PRIETO HORTELANO.PEDALEO CONSTANTE HACIA LA LUZ.


Globereando con Guillermo Prieto Hortelano

(3º en el “otro” Tour de Francia 2012)

*Por Rafa Simón
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“Despierta cariño, vas a llegar tarde”, le susurra Gema con suavidad mientras acerca levemente sus labios a su mejilla izquierda. Él corresponde con una sonrisa. Se despereza. Mediante un esfuerzo extra estira su brazo derecho hasta empujar la cortina, permitiéndole mirar por un resquicio de la ventana. El cielo está gris, pero no acaba de llover. La arboleda del jardín está lustrosa, brillante. Siente como el color verde monopoliza sus pupilas, tan distinto al paisaje de su meseta castellana adoptiva… es esta vegetación la que le trae recuerdos, de otra vida, de una juventud añorada.
Llevaba tiempo sin venir a Olaberria, localidad del Goierri Gipuzkoano donde residió hasta los 27 años, antes de emigrar a Valladolid por motivos laborales. Sin darse cuenta abre la ventana ligeramente, infla sus pulmones para que éstos se impregnen de los olores propios del otoño ya madurado que instantáneamente capturan de nuevo sus pensamientos. Pero Gema le devuelve al presente con una caricia. Empieza a chispear. Hoy no importa.
Tras un desayuno fugaz se viste con la equipación que le esponsoriza, la del Ayuntamiento de Olaberria. Luego coge su bicicleta pero, en vez de despedirse de sus allegados, salen juntos de la casa familiar. Él montado en bici, pero al paso de su pequeña, de Vega, que no deja de mirar a su padre, orgullosa, radiante. Su padre será hoy el centro de todas las miradas.
En el Ayuntamiento le esperan desde hace unos minutos. Allí se encuentran desde hace un rato los hermanos Izaguirre, que se han acercado desde Ormaiztegi, localidad vecina a Olaberria. Los tres serán homenajeados en el día de la bici. Los Izaguirre son de sobra conocidos. Son el presente y futuro del Euskaltel Euskadi. Gorka es un fijo del equipo naranja para el Tour, Ion ya sabe lo que es ganar en una grande. En el Giro. Los niños les rodean, les piden autógrafos, una foto.
Guillermo se acerca tímidamente al tumulto, saluda a los hermanos, al alcalde. Se hace un silencio. Los niños le miran pero no se abalanzan. Extraño. También ha corrido el Tour de este año logrando la tercera plaza final. Sin embargo los niños no parecen conocerle. Los Izaguirre tampoco. Pero quieren oír su historia. El consistorio calla. Guillermo toma la palabra, tímido, pero con energía.
El 7 de enero de 2009 Guillermo Prieto era una persona feliz y corriente. Tenía su familia, su mujer, su hija, su trabajo. Su vida. Todo cambiaría un día después. Se encontraba en su puesto de trabajo reparando una máquina cuando ésta se le desplomó encima. Le segó un pie a la altura del tobillo. Esa máquina no sólo se llevó su pie, también se llevó su alegría, su día a día, sus ilusiones. Su sonrisa. Fueron meses duros, frustrantes, cada día tan sólo un amargo despertar ante una nueva jornada de sufrida rehabilitación. Tuvo que volver a aprender a caminar, tuvo que empezar de cero.
Sin embargo, Guillermo contó no sólo con la ayuda impagable de su familia. La vida le reportó otro aliado extra: su antigua pasión por el ciclismo. Guillermo había sido ciclista en su juventud, pero con el paso de los años se acabó decantando por otras actividades. Un día Guillermo bajó al desván y desempolvó su antigua bicicleta. Volvió a montar en ella. Con cuidado. Con una prótesis adaptada. Poco a poco, paso a paso. Fue despejando el fantasma del dolor y la sensación de sentirse incapaz. En sus primeros paseos volvió a sentir el aire en su cara. Le daba libertad, le daba vida. Pedaleo constante hacia la luz.
Hoy Guillermo ha encontrado un hueco en otro ciclismo donde compite al máximo nivel. Su tercer puesto en el Tour de Francia adaptado de este año así lo atestigua. No ha sido un camino de rosas. Guillermo ha sufrido peligrosas caídas. Pero se ha levantado, una y otra vez. Vuelve a disfrutar de su vida, de su deporte, de su familia, del día a día. Vuelve a ser feliz y corriente. Su nuevo proyecto es un equipo ciclista adaptado. Quiere llamarse Tornado Cycling Team, pero necesita patrocinadores. No se rendirá.
Tras el relato de su historia el consistorio aplaude con estruendo a su nuevo héroe: los niños, el Alcalde, los Izaguirre. Todos reconocen el valor del esfuerzo, de la superación. Nadie ve a un individuo tullido, ven a un chico que infunde esperanza. Ese es su mensaje. Cualquier interpretación es válida. Esperanza para el padre que no puede aportar ingresos a su familia porque le han despedido tras estar 20 años trabajando en una mina. Para el enamorado que, tras ofrecer un ramo de rosas y un anillo de compromiso, sólo obtiene un silencio lapidario por respuesta. Para el deportista que se lesiona. Para todos ellos hay algo en que creer: una nueva ocupación laboral inesperada, esa amiga que le consoló y que siempre le quiso en secreto, una dura rehabilitación que le ayude a caminar de nuevo. Una solución. Un pedaleo constante hacia la luz.
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***Por RAFAEL SIMÓN (Club Universidad de Valladolid y colaborador de El Pedal)
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Gracias a Rafa por escribirme estas linea, y a Frodo por publicarlo en la Web (EL PEDAL DE FRODO).

2 comentarios:

  1. hola desde bermeo, zorionak nuevamente amigo, puede que lo narrado en esta historia sea una de las cosas más grandes que te hayan pasado, zorionak berriro horain eta mila aldiz.

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